miércoles, 26 de noviembre de 2008

Cuisine = Vins

La abadía del Chianti
Por Mariano Fresco

Inmersa en la Toscana, Badia a Coltibuono es un monasterio medieval que devino en bodega productora de vinos de alta gama.

Conocida durante siglos como la abadía de la buena cosechaBadia a Coltibuono nació alrededor del año 1000, en Gaiole in Chianti, corazón de la próspera Toscana medieval, entre castillos y bosques tupidos, como centro de cultura, educación y meditación. Fundada por los monjes de la orden de Vallombrosa, observante de la regla Benedictina, rápidamente se convirtió en un prestigioso monasterio que, además de fomentar la escritura y la oración, propiciaba el cultivo de la vid. Durante el siglo XV, gracias a la acción mesiánica de Lorenzo de Medici, Coltibuono tuvo un gran desarrollo económico y los viñedos plantados con Chianti se multiplicaron, embelleciendo el bendecido paisaje toscano (recordemos que esta variedad tinta es una de las más prestigiosas de la península itálica y se cultiva históricamente en pequeños pueblos de la provincia de Siena).

(continúa)

Badia a Coltibuono loc. Badia a Coltibuono 53013 Gaiole in Chianti 

(Siena, Italia)
Tel.: (+39) 0577 744832

www.colibuono.com


Mondovino

Italia es uno de los grandes productores de vino del mundo. Brinda productos únicos e irrepetibles, que cuentan con las mejores calificaciones internacionales.

El vino es, sin duda alguna (junto con el aceite de oliva y las pastas), uno de los productos más significativos y trascendentales de Italia. 

En efecto, es un país que ostenta el índice de consumo más alto por habitante (alrededor de 135 litros al año). Lo más destacado es que casi todas las regiones elaboran varietales o blends de alta gama, avalados por un gran reconocimiento internacional. 

Val d’Aosta, Piemonte, Lombardia, Veneto, Trentino Alto Adige, Friuli Venezia Giulia, Liguria, Emilia Romagna, Toscana, Umbria, Lazio, Marche, Abruzzo, Molise, Puglia, Campania, Basilicata, Calabria, Sicilia y Sardegna conforman el complejo atlas de vinos italianos. 

La historia indica que el romance entre los italianos y el vino comenzó en los albores de la Edad Antigua. 

Según escritos, la bebida más señorial de todos los tiempos tenía carácter de ritual religioso (los romanos adoraban al dios Baco, protector -entre otras materias- de la agricultura) y sólo era para hombres, pues las mujeres tenían prohibido tomarlo.

 En la Edad Media, los monjes benedictinos impulsaron el cultivo de la vid en sus monasterios, a través de nuevas técnicas. Gracias a ello, hoy Italia elabora, de norte a sur y de este a oeste, vinos Premium a partir de variedades tintas y blancas. Con la recuperación de cepas tradicionales y vendimias realizadas completamente a mano, la vinificación en las bodegas de Italia combinan a la perfección las modernas técnicas enológicas con la sapiencia de más de diez siglos de experiencia.

(continúa)


Orígenes de una larga tradición

Lo invitamos a conocer el momento en que por primera vez se elaboraron las bebidas alcohólicas que los europeos disfrutan desde hace siglos.

En Portugal, el Oporto; en Rusia, Suecia y Polonia, el Vodka; en Alemania y Bélgica, la Cerveza; en Escocia, Irlanda e Inglaterra, el whisky; en España, el Jerez… Sin duda, el consumo de bebidas alcohólicas representa una larga tradición en los países europeos. 

Pero, ¿cuáles fueron los orígenes de estas legendarias bebidas hoy tan características del Viejo Continente? Que en Escocia se elabore el mejor whisky; en Bélgica, la mejor Cerveza o en Rusia, el mejor Vodka, implica siglos de investigación, esfuerzo y dedicación.

El Vino de Oporto nació entre los siglos XVI y XVII producto de la adición de brandy al vino cuando este se encuentra en su etapa de fermentación. 

El objetivo era obtener un vino que resistiese diversas temperaturas y humedades en los complejos trayectos marítimos que el comercio de la época imponía. 

Muy exitoso en Gran Bretaña, encontró su lugar perfecto en Portugal debido a las características del terroir, que combina suelos arenosos con un sol radiante y temperaturas templadas. Actualmente, el Oporto significa mucho para el país lusitano: además de ser la bebida insignia, es el nombre por el que se convirtió en una región turística inigualable alrededor de la bendecida ribera del Valle del Duero. Excelente aperitivo o digestivo, acompaña postres y habanos con una magia inexplicable.

(continúa)


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