miércoles, 14 de mayo de 2008

De valor agregado kosher

Las normas dietarias de la religión judía, que también se extienden a otros rubros, dan sustento desde hace muchos años a una gran industria de productos desarrollados especialmente de todo tipo.
Es un mercado estable y maduro, y de ahí que las grandes marcas vieron la veta para crecer también en el.
En las Pascuas celebradas recientemente, por ejemplo, se podía tomar Pepsi Kosher.

La decisión de introducirse en el mercado Kosher de un país o a nivel global supone para las grandes marcas destinar a estas iniciativas una parte de sus recursos destinados al desarrollo de productos y a la comunicación y el diseño de estrategias integrales especialmente dedicadas al circuito de estos productos.
La madurez de este mercado y la posibilidad además de trasladar y replicar esta estrategia en tantos mercados nacionales, en tanto, son factores que juegan a favor de apostar a el, dentro de las primeras marcas.

Este fue el caso de Pepsi, en las últimas Pascuas Judías celebradas recientemente, que para la ocasión salió a promocionar una edición limitada Pepsi Kosher.
Según lo que determinan las tradiciones judías que debe suceder, la edición Pepsi Kosher no sólo fue elaborada bajo las normas de esta religión, sino que además contó con la supervisión y la certificación de un rabino; en este cado el Rabino Yosef Libersohn (del Rabinato de Agudath Israel).
Pepsi se ocupó de difundir entonces que su Pepsi Kosher no utilizaba jarabe de maíz (o glucosa) para su elaboración y que era apta “incluso para aquellos que no utilizan derivados de Kitniot”.

Esta edición limitada estuvo presente en una red de comercios especial, diseñada a la medida de esta porción de consumidores y hasta que los festejos por las Pascuas Judías (o Pesaj 5768) finalizaron, en una presentación única, de 1.5 litros, con la inscripción "KP" (Kosher-Pesaj) que facilitaba su identificación, junto con el código en la tapa de la botella.

Pero Pepsi no es la única primera marca que se dedica a este segmento.
A esta la gaseosa que desarrolla concentrados Kosher desde 1934 (en sus plantas de Estados Unidos, Mexico y Puerto Rico), se suma nada menos que su principal competidora, Coca Cola, que en Israel apostó a hacer una de sus más importantes concesiones, ¡al revelar su fórmula!, exclusivamente para poder hacerse de la certificación kosher.

También McDonald's aceptó en ese país no agregar queso a sus hamburguesas (tal como lo hace usualmente), a fin de esquivar el inconveniente que plantea en la religión judía el mezclar carnes y lácteos. O en otra industria, la de la indumentaria, la cadena Zara llegó incluso a retirar alguna oferta del mercado israelí porque iba contra la prohibición en este caso, de mezclar lino con lana en un mismo género.

En este último caso, Zara llegó también a publicar avisos expresando su disculpa en los principales medios ortodoxos judíos.
Esto, en un mercado donde los ortodoxos modernos y ultraortodoxos representan un 30 por ciento de la población judía israelí (más de un millón y medio de personas).

El segmento Kosher parece ser una oportunidad para nada despreciable incluso para los exportadores chinos, que no hace mucho decidieron enfrentar el rechazo de sus productos alimenticios en Estados Unidos, contactando a los rabinos judíos para obtener certificaciones Kosher. Según algunas estimaciones, estos sellos se duplicaron a más de 300 en China en los dos últimos años.
En ese país, este mercado mueve 11.500 millones de dolares al año y todo hace preveer que muchas marcas más serán las que se decidan a incursionar en un tiempo no muy lejano.


Jimena Laclau

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