sábado, 4 de octubre de 2008

Para los amantes del buen vivir, nada mejor que una buena lectura- El Gourmet-

Lechuga de diferentes tipos, berros, endibias, radicheta, rúcula, mache. Hojas frescas, sanas, frágiles, temblorosas. Hay mucho para elegir y sirven no solo para ensaladas

A la lechuga, ingrediente por excelencia de las ensaladas, Galeno la llamó la hierba de los sabios y recomendaba una infusión de hojas de lechuga antes de dormir. Habría que hacer la prueba en épocas de crisis, menos ansiolíticos más tecitos de lechugas.

Uno de los infinitos mitos acerca de estas hojas, relata que Venus para olvidar a Adonis al que acababa de perder, se acostó en un lecho de lechugas (sin aderezar). Esta virtud somnífera de la lechuga hizo que los romanos que en los inicios la comían al principio de una comida, la sirvieran al final, para no cabecear en medio de esos banquetes exagerados.
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Elisabeth Checa recibió uno de los premios Eva destinados a mujeres que se destacan en el tema gastronómico y viajó a Pamplona para recibirlo. Cuenta su recorrido por un territorio donde se practica una cocina de altísima calidad basada en los mejores productos de la tierra.

Estuve el año pasado en la segunda edición del Premio Eva compartiendo platos y vinos con los organizadores, premiadas y gente del jurado entre los que se cuentan el chef paolista Alex Attala, Andoni Luis Aduriz, considerado internacionalmente uno de los mas interesantes cocineros de España. También Oscar Caballero, periodista argentino residente en Paris, los organizadores con el periodista vasco Miquel Saverio a la cabeza. 

El viernes 10 de octubre se celebra el DIA MUNDIAL DEL HUEVO como epílogo de la SEMANA MUNDIAL DEL HUEVO. Este año del Lunes 6 al Viernes 10.

Esta celebración se realiza en los 153 países que integran la Comisión Internacional del Huevo (International Egg Commission) con diversos festejos y celebraciones, aprovechando la oportunidad para difundir los valores nutritivos del huevo y los beneficios que nos aporta para las diferentes etapas de la vida.  

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Revisitamos el restó de este hotel de charme, ese petit hotel que fuera de la familia Guerrero, un espacio cálido, lo contrario a los no-espacios del que hablan los posmodernistas franceses.

Sus escasas habitaciones de diseño -siete, todas diferentes- están siempre ocupadas por un público fiel de europeos y americanos bohemios–burgueses, fascinados por Buenos Aires. Bo-Bo es su casa, bobos no son. Porque sin lugar a dudas Guatemala es la calle más deslumbrante del SOHO porteño. Emocionan las copas de los plátanos que se juntan en lo alto, casi como una nave de una rara catedral vegetal, poco ruido, para nada atiborrada de locales, brillos y bares.

Hace unos 15 años se tomó conciencia de la calidad de los corderos patagónicos, cuya carne es magra y perfumada. Los animalitos deben caminar muchísimo en ese desierto inacabable y ventoso, alimentándose con lo que hay, puro yuyo. Acabo de recordar estas circunstancias de los corderos australes porque en estos días conocí Las Bardenas Reales, un asombroso desierto, al sur de Navarra, muy similar al desierto patagónico. La desmesura y la nada provocan el mismo estremecimiento solo que en Las Bardenas, además de las bardas, hay curiosas formaciones que recuerdan también al Valle de la Luna. Allí, en el encuentro del premio Eva, los periodistas invitados probamos en un rancho rústico cordero hecho a las brasas con las manos, sin guarniciones. El sabor puro. 

Pariente del arak turco, ouzo griego y del anissette que se bebía en el Norte de África en épocas coloniales, el pastis tiene ancestros perversos: la primera versión contenía absenthe [ajenjo] que lo convertía, por sus efectos, en el trago preferido de Toulouse Lautrec, quien lo llevaba oculto en su bastón hueco, Baudelaire y otros malditos. Por acá también se ahogaban las penas en ajenjo antes de su prohibición en el mundo. El tango Copa de Ajenjo, genialmente cantado por Angelito Vargas, es un testimonio. 


Elisabeth Checa
elisabeth@elgourmet.com

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