Degustar una bebida fina significa vivir una experiencia irrepetible. Presentamos las sensaciones que provocan el vino, el whisky y la cerveza.
Disfrutar en plenitud de los seductores encantos que brinda una bebida alcohólica fina, implica una experiencia distinta en la que todos los sentidos intervienen de una manera u otra. De esta manera, la vista, el olfato, el gusto y el tacto analizan, juzgan, clasifican y aprecian los caracteres organolépticos de un producto determinado. A continuación, CUISINE&VINS presenta los ejemplos más emblemáticos
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