Turín, capital de Piamonte, tiene fama por su extraordinaria oferta gastronómica y por sus productos de alta calidad.
Trufa, queso, arroz, vino y chocolate son sus señas de identidad, pero hay muchos más. Sobre esta cultura especial de la gastronomía entendida como un arte han desarrollado toda una forma de ser y de actuar.
Es lo que ellos llaman la “Slow Food” que ha dado lugar a rutas, ferias, libros y una forma de entender la vida.
Su último invento, conocedores de la pasión que despiertan sus chocolates, es el ChocoPass, un carné que permite hasta 23 degustaciones a lo largo de tres días.
Gianduiotti, almendras garrapiñadas, tartas, bizcochos, helados y chocolates calientes… la mejor producción chocolatera espera al viajero en los cafés históricos y en las pastelerías de Turín y su territorio.
Pralinés rellenas y tartas aromáticas, originales galletas y sabrosas bebidas… los amantes de los dulces encontrarán aquí su paraíso.
Ningún otro lugar cuenta con una tradición tan enraizada, artesanos tan creativos y una pasión tan difundida por el chocolate y la repostería.
Los que busquen algo más refinado y disfrutar de una velada auténticamente aristocrática no pueden perderse las Merende Reali que proponen muchos locales como una cita golosa que en su día conquistó a la Corte de Saboya, a base de chocolate y exquisiteces de la pastelería local.
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