CUISINE&VINS se enorgullece en presentar al futuro mismo de la gastronomía local: Aurelien Bondoux.

Evidente hijo de Jean Paul, despunta el vicio y -desde pequeño- se vuelca a la cocina con soltura y entusiasmo.
En plena etapa prepúber, a los 11 quizás, y mientras todos sus amiguitos correteaban por la cuadra a pleno juego, ya se lo veía a Aurelien Bondoux -hijo mayor de Jean Paul- vestirse de cocinero y trabajar al lado de su padre. Claro, haber crecido entre los recovecos de La Bourgogne Punta del Este -uno de los restaurantes más importantes de América del Sur- con su jardín de hierbas, o la quinta en San Carlos, la vaca que provee la leche para los quesos, los patitos, las gallinas y los pavos, la huerta espléndida y el enorme horno de pan.

Una bella enseñanza de cómo fueron construyendo Evelyne y Jean Paul Bondoux, su familia, su casa y su restaurante.
Es por eso que ahora, que ya tiene 21, Aurelien empieza a tomar la posta de sus ancestros, con la frescura de la juventud y la serenidad de la experiencia temprana. Jean Paul le legó su amor por la tradición y el respeto por lo clásico; pero estos principios, como a su padre, no le impedirán ser creativo y apasionado, un revolucionario.

Actualmente trabaja en La Bourgogne Punta del Este como Gardemanger- encargado de las entradas frías- y desmitifica la experiencia para CUISINE&VINS.

¿A qué edad empezaste a cocinar?
Desde muy chico, profesionalmente a los 20 años;

¿Cuándo decidiste que ibas a ser cocinero?
Fue una decisión que tomé de a poco.

¿Dónde estudiaste?
En el Liceo Profesional Gastronómico de Chamalieres en Francia.

¿En dónde trabajaste en Francia?
En Le Moulins de Mougins de Alain Llorca, un hotel y restaurante Relais-&Chateaux.

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