Una crónica que refleja la resistencia del encargado del local y de algunos empleados que pasaron la noche en vigilia para evitar un desalojo sorpresivo; presentaron un expediente para que el restaurante se convierta en "Bar notable" y así no se cierre
"Está cerrado, ya es tarde", responde un empleado de El Palacio de la Papa Frita a LA NACION cuando este medio se presenta a las tres de la madrugada para consultar sobre la situación del tradicional restaurante del centro porteño.
Las luces están prendidas como si fuese hora pico, pero hay poco movimiento de gente a esta hora. El local está con llave, no abierto al público. El encargado del local y otros empleados toman café en el interior con cara de preocupados sin saber qué puede llegar a pasar durante hoy, día designado para un desalojo, según les comunicaron a los socios el 11 de mayo pasado.
Es un día largo para ellos. A la habitual jornada laboral le sumaron una convocatoria a actores, gente relacionada al teatro, políticos, medios de comunicación, para potenciar una manifestación de repudio a lo que podría ocurrir hoy: el cierre de este local de más de 60 años para darle lugar a una pizzería de una reconocida cadena.
Entre las personas que se acercaron al Palacio para mostrar su apoyo estuvo Carlos Oviedo, referente de Aluvión Ciudadano, que, junto a Ricardo Maidana, dueño del Palacio, hicieron unapresentación en la Legislatura porteña-en la persona del legislador Carlos Ritondo- para que se declare al Palacio de la Papa Frita como "Bar Notable de la Ciudad". Así creen que se podría evitar el desalojo.
Hoy se espera la presencia de Miguel Paz Ceminara, propietario actual del local y socio minoritario del Palacio, que amenazó con mandar a la policía para concretar el desalojo hoy, cuenta a LA NACION Carina Ini, jefa de prensa del lugar.Explica que Paz Ceminara forma parte de la sociedad, participa en las decisiones del directorio, asiste a las asambleas pero no está conforme con el restaurante y pretende alquilarlo a una pizzería. "El último contrato lo firmó por $3000 y hoy desprecia los $130.000 que le hemos llegado a ofrecer para mantener el restaurante", sostuvo Maidana en un comunicado.
El posible cierre del Palacio dejaría a 51 familias en la calle, ya que los empleados no serían tenidos en cuenta en el nuevo emprendimiento que se realizaría en la calle Corrientes 1612, típica zona de teatros y cines de la Ciudad de Buenos Aires.
Para evitar un desenlace que los deje sin trabajo, muchos de ellos pasan la noche en el lugar a la espera de una resolución. "Mañana podrían reunirse Ricardo Maidana, socio mayoritario y el Sindicato Gastronómico para ver cómo continúan", informa a LA NACION Carina Ini. Y agrega: "Hoy Paz no apareció, esperemos que no caiga mañana con la policía". Durante la madrugada, el clima es tenso, pero con la ilusión de poder revertir la situación luego del impacto que generó la concentración de ayer por la tarde.
LA HISTORIA DEL PALACIO DE LA PAPA FRITA
El Palacio de la Papa Frita nació en 1952 y hoy cuenta con otras tres sedes: una en la Costanera, avenida Rafael Obligado 6710; otra en Barrio Norte, Laprida 1339 y una tercera, también en el Centro, Lavalle 735. Es un lugar típico donde los elencos de las obras de teatro de la calle Corrientes eligen para comer milanesas con papas soufflé, el plato característico del restaurante.
Hace un año y medio, el Palacio entró en crisis, con deudas a los empleados y estuvo cerca de ser cerrado. Maidana, empresario gastronómico, se convirtió en socio mayoritario para poder revertir la situación de este lugar emblemático de la avenida porteña. "Nosotros tomamos la cadena hace un año y medio en una difícil situación económica, la revalorizamos, recuperamos las fuentes de trabajo y la oferta gastronómica y estamos contentos con el resultado...el negocio va bien, pero hay acciones que no le hacen bien a la cadena", sostuvo.
"La querida calle Corrientes no puede privarse de los símbolos que hicieron historia, el Palacio es protagonista de nuestra cultura", concluye. (continua)
Texto e imagen La Nacion
Empleados del Palacio de la Papa Frita se manifiestan esta noche frente al tradicional restaurante para impedir el cierre del local; por cuestiones económicas, la decisión del dueño es alquilarlo a una pizzería. Como señal de repudio, los trabajadores reparten papas fritas gratis en el lugar; por la tarde distintos actores y gente relacionada al teatro se acercó para mostrar apoyo al local ubicado en Corrientes 1612, en pleno centro porteño.
Ricardo Maidana, uno de los dueños, contó a TN que un socio minoritario está pidiendo el desalojo: "Nosotros tomamos la cadena hace un año y medio en una difícil situación económica, la revalorizamos, recuperamos las fuentes de trabajo y la oferta gastronómica y estamos contentos con el resultado...el negocio va bien, pero hay acciones que no le hacen bien a la cadena", sostuvo.
El desalojo estaba previsto para las 00 de hoy. Los empleados esperan que la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires declare patrimonio de la Cultura de la ciudad o que se declare Bar Notable para impedir el cambio, aunque por ahora no hay señales en esta dirección.
Un gremialista del sindicato gastronómico presente en el lugar prometió que el restaurante no será desalojado. "No se puede tirar abajo 63 años de historia poniendo una pizzería. El Palacio no cierra, vamos a resistir", afirmó. Los trabajadores allí presentes lo aplaudieron y prometen resistir allí. Pasarán la noche en estado de vigilia.
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