Diez locales en los que reponer fuerzas tras un recorrido por la zona monumental
Capital histórica y monumental que requiere pasearla despacio, disfrutando de todas sus singulares joyas arquitectónicas. Y mientras la recorremos podemos reponer fuerzas en los muchos bares de tapas que se encuentran, fundamentalmente, en las calles aledañas de la Plaza Mayor.
Bares con un gran ambiente ya que a la población fija salmantina se unen durante el curso miles de universitarios que dan una enorme animación a la ciudad. El nivel de las barras ha subido muchos enteros en los últimos tiempos, gracias sobre todo al esfuerzo de jóvenes empresarios. Ahora se alternan las tapas tradicionales con otras más modernas con bastante calidad en ambos casos.
Lógicamente, los productos del cerdo están muy presentes, en especial la popularísima jeta, morros hechos al horno, bien crujientes. También son muy habituales los callos, las patatas bravas, los fritos y un amplio surtido de pinchos y raciones tanto fríos como calientes. Estas son algunas opciones.
El Mesón de Gonzalo. Plaza del Poeta Iglesias, 10
Una de las barras más atractivas de la ciudad, a un paso de la Plaza Mayor, con el problema de su pequeño espacio. Sobresalen sus patatas bravas, verdaderamente ricas, pero no hay que olvidarse de las croquetas que hace en su casa la madre del propietario ni de las jetas. Tiene además un excelente jamón ibérico de Guijuelo, de la marca Carrasco.
Tapas 2.0. Felipe Espino, 10
Se autotitula «gastrotasca» y es uno de los últimos en abrir en la ciudad, pero en poco tiempo se ha hecho con una fiel y numerosa clientela que lo mismo pide tapas tradicionales como unos excelentes callos y morros, una bravas (muy bravas) o una cazuela de huevo con níscalos y patata, que un moderno dumpling de rabito de cerdo.
Montero. Plaza de Corrillo, 12
Una institución en Salamanca, con un amplio surtido de tapas y raciones basadas en guisos tradicionales o con algunos toques más modernos. Muy rica la morcilla de arroz con crema de manzana, sabrosos los garbanzos con parasoles (setas), y casquería bien elaborada: manitas, callos, carrillera. Peculiar su hamburguesa, que llaman «MacMontero».
Casa Vallejo. San Juan de la Cruz, 3
Las jetas son la tapa más popular de Salamanca y las de esta casa están entre las más solicitadas por los salmantinos. La verdad es que están muy ricas. Además, hay que pedir los riñones o los callos, que se sirven en pequeñas cantidades, más de tapa que de ración, lo que permite probar más cosas.
Tablanca. Plaza del Peso, 8
Su aspecto exterior no hace sospechar que tras la puerta está una de las mejores barras de la ciudad, aunque en versión moderna. Tan moderna como la decoración del local. Entre sus especialidades, las croquetas de farinato, muy ricas; unas buenas bravas; pimientos en tempura, y sobre todo un steak tartar con aliño oriental francamente rico.
La Viga. Calle del Consuelo, 16
Compite con Montero por ser la casa que prepara mejores jetas. De su cocina salen continuamente raciones y medias raciones. Mejor esta segunda opción salvo que vaya en un grupo numeroso. Además, callos bien hechos, mejillones en salsa, ensaladilla y otras muchas opciones.
Cuzco Bodega. Juan del Rey, 5
Otro bar de pinchos moderno, con una amplia variedad y bastante originalidad. Tapas de diseño, muchas de ellas elaboradas con productos del cerdo, desde una mini hamburguesa de morcilla con cebolla caramelizada hasta un rollito de cecina con queso de cabra y membrillo o un pincho de pluma de ibérico al PX. Pizarra con amplia oferta de vinos.
Plaza 23. Plaza Mayor, 23
De los mismos propietarios que El Mesón de Gonzalo, en plena Plaza Mayor, en la planta superior hay un buen restaurante con excelentes vistas sobre la plaza desde las mesas más próximas al balcón, mientras que en la barra de la entrada se expone un amplísimo surtido de pinchos para todos los gustos que varían cada día.
Plus Ultra. Concejo, 4
Otro de los clásicos de la ciudad, con más de medio siglo ofreciendo el mismo tipo pinchos variados. Un tanto anclado en el pasado, sigue sobresaliendo en su barra los fritos rebozados. Los hay de bacalao, de calamar, de gamba, de boquerón, y especialmente el de pimiento.
La Cocina de Toño. Gran Vía, 20
Amplia barra y comedor al fondo. En la primera se alternan pinchos muy innovadores, la mayoría de los cuales se elaboran al momento, como una brocheta de pez mantequilla y plátano a la plancha o la albóndiga de cordero con uvas y miel con otros absolutamente tradicionales como los garbanzos con callos o las lechecitas (mollejas) fritas.
Fuente: abc.es
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